Parece toda una evidencia que las buenas perspectivas de crecimiento económico llevan camino de no cumplirse, como mínimo no en los términos que indicaban las previsiones hasta la fecha. Las repetidas revisiones a la baja de buena parte de las fuentes de referencia, entre las cuales el propio FMI, ponen de manifiesto que la salud de la economía es todavía frágil y que la evolución del mercado presenta síntomas de lo
que se ha venido a llamar “the permanent slump”, o una ligera propensión a la
depresión que requeriría de la creación burbujas, para romper la tendencia.
Este contexto presenta
diferencias regionales, y si bien es cierto que en el caso de España el
escenario competitivo se prevé favorable, también resulta cierto que en un
entorno altamente globalizado y en una economía crecientemente
internacionalizada, los efectos de un menor nivel de crecimiento de las economías
mundiales se dejarán sentir.
¿Cómo afecta esta situación al business travel? En nuestra opinión la dinámica del viaje de empresa en
España sigue siendo positiva y la proyección exterior de las empresas españolas
(tanto en compañías maduras como en el caso de los nuevos exportadores) parece
imparable. Sin embargo, es inevitable pensar que ante un menor crecimiento de
nuestros partners comerciales, la actividad exterior de las compañías españolas pueda tender a retraerse. Llegados a este punto, convendrá recordar que hasta
la fecha los resultados de la política de viajes en España (sensible en cuanto
a nivel de gasto, pero expansiva en términos de la presencia en los mercados
internacionales), ha obtenido considerables frutos. No sería conveniente echar
ahora el freno de mano ante la perspectiva del enfriamiento de la economía
mundial, porque la inercia internacionalizadora juega con ventaja en el caso de
España y puede –como ya hemos advertido en otras ocasiones- contribuir de modo
notable, a llenar los huecos que sin duda dejarán algunos de nuestros
competidores.
Ciertamente exportar puede
convertirse en más complejo si la economía de nuestros principales socios
comerciales pasa por momentos delicados, pero las empresas españolas no tienen
más opción que continuar su proceso de expansión internacional, para seguir creciendo. Hay que saber mantener la calma y aprovechar la madurez y solvencia exportadora adquiridas en estos últimos años, para continuar abriendo mercados.
En este contexto, la aportación de las TMCs volverá a ser determinante si queremos asegurar que nuestras empresas viajen más y más lejos, conteniendo la partida de gastos y salvaguardando la seguridad y productividad de los viajeros.
(c) Marcel Forns. GEBTA 2014