
Pese a la claridad de los informes, el Gobierno se ha
mostrado reticente a introducir modificaciones de fondo en su proyecto de
racionalización y centralización de los concursos públicos, generando una más
que comprensible alerta por los posibles efectos en la desaparición de multitud
de pequeñas empresas prestadoras de servicios a la Administración, que pueden
llegar a desaparecer por el hecho de no ofrecer cobertura en todo el Estado. En
términos similares se ha manifestado también CEAV, preocupada por la falta de
competencia que fomentan los pliegos.
Como en otras tantas ocasiones, desde GEBTA hemos
alertado acerca del impacto real de los supuestos ahorros, cuando no analizan
adecuadamente los efectos colaterales que determinadas iniciativas políticas
generan (el impacto de la subida de las tasas aeroportuarias, por ejemplo,
mejora las cuentas públicas de los aeropuertos del Estado, pero limita la
capacidad inversora de las compañías aéreas y el ritmo exportador de las
empresas españolas, como se ha demostrado).
La necesidad de dotar de transparencia y flexibilidad al
mercado exige que nos mantengamos vigilantes respecto de la evolución de los
pliegos y que al margen de apoyar las recomendaciones que expresa la CNMC,
procuremos también trasladar al ejecutivo buenas prácticas, tendentes no sólo a
garantizar un adecuado servicio, sino a su vez a obtener ahorros reales y
evitar costes ocultos y perniciosos efectos colaterales.
(c) Marcel Forns. GEBTA 2014
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