El inicio del ejercicio 2011 ha sido sin duda espectacular en lo que a las exportaciones y al business travel se refiere. La estrecha correlación de la actividad comercial y los viajes (el uno va de la mano del otro) han arrojado unos indicadores extraordinarios en los primeros meses del año (23,4% de crecimiento en exportaciones y otro tanto (23,6%) en billetaje de viajes de negocio al exterior). Por zonas geográficas los crecimientos en viajes se han concentrado fundamentalmente en las áreas de América (20,5% en ), Oriente Medio (13,7%) y Extremo Oriente (13,69%), si bien los incrementos en Europa han sido también muy significativos (8,73%).
Ello no obstante, los datos del segundo cuatrimestre del año (GEBTA Business Travel Index) muestran indicios de ralentización del nivel de actividad/viajes de las empresas al exterior. El análisis de la evolución de las exportaciones españolas confirma por su parte que se está produciendo una desaceleración en los ritmos de crecimiento acumulados entre enero y abril del 2011.
Ciertamente existen varios motivos para explicar la evolución a la baja de los viajes de empresa al extranjero y su consiguiente efecto en las exportaciones. COFIDES (sociedad público-privada que gestiona los fondos para la inversión empresarial española en el exterior) indicaba recientemente que la sequía de crédito está frenando a las pymes que desean salir al exterior. En los mismos términos se manifiestan organismos vinculados con la internacionalización empresarial en España, como ACC1Ó o las Cámaras de Comercio. A todo ello se suma la recaída de los niveles de morosidad.
Pero más allá de estos argumentos, no deja de ser cierto que se ha instalado en el mercado la percepción negativa que generan fundamentalmente las agencias de certificación de riesgos, mayoritariamente estadounidenses, cuyas intervenciones permanentes suponen en la práctica un auténtico lastre para la recuperación de muchas economías europeas (entre ellas la española) y una fuente permanente de desconfianza en el escenario económico.
Es curioso que quien no supo predecir en su día la crisis y erró repetidamente en la calificación de riesgo de incontables empresas y organizaciones, sea merecedor de tanta credibilidad.
La confianza y el futuro de las economías no puede dejarse en manos de falsos profetas. Es labor de los directivos recuperar la confianza perdida y mirar hacia adelante, evitando enrocarse en un mero análisis financero, que en ocasiones puede tener un efecto paralizante. Para ello pocas palancas funcionan mejor que los viajes de empresa, porque son un recurso seguro para nuestro crecimiento (si las exportaciones son el motor de la economía, los viajes son la gasolina).
Antes de dejar de viajar, piénselo dos veces.
(c) Marcel Forns. GEBTA, 2011.
miércoles, 13 de julio de 2011
¿Qué está pasando en las empresas? Alerta ante los primeros síntomas de ralentización del ritmo de viajes de negocio al extranjero
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