Si nos atenemos a las previsiones de crecimiento que arroja
el FMI, o los datos que reflejan la
economía financiera de los mercados, puede resultar fácil caer en una euforia. Lo cierto, no obstante, es que el nuevo
escenario que anticipan para el 2018 (que pese a todo
debemos tomarnos con cierta prudencia y precaución, porque el contexto global
es por definición incierto), se basa en los datos y expectativas de las
plantas productivas, los comercios, empresas y familias. El consumo y la
inversión crecen, del mismo modo que lo hace la ocupación, y todo ello ofrece
un panorama y perspectivas muy favorables. Estos datos vienen a coincidir también, con los indicadores PMI, que proyecta las expectativas de los gerentes de compras correspondientes a la producción industrial y de servicios.
En el caso de la economía europea, además, de cuyos mercados depende
mayoritariamente la actividad exterior de nuestras empresas, la dinámica
económica se ha acelerado hasta ritmos no vistos desde hacía más de
7 años.
El contexto global y en particular el contexto regional
europeo, se prevé pues favorable para los intereses de las compañías españolas,
que no han dejado de apostar por la internacionalización de su actividad, de la
mano de los viajes de negocio.
Desde la perspectiva de la inversión, no obstante, el
escenario económico expansivo, anticipa algunos aspectos que deberán tenerse en
cuenta a la hora de gestionar la partida de viajes. Y es que las
predicciones específicas en materia de viajes corporativos anticipan problemas
de disponibilidad e incrementos moderados en los precios hoteleros y en menor
medida en las tarifas aéreas, en mercados con mayor demanda.
En un contexto que va a variar en función de las rutas y de
los niveles de concentración y competencia de cada mercado, y pese a que el aumento de capacidad estimado en un 6% tiende a limitar el incremento de las tarifas, la
mayor parte de las previsiones indicarían una subida muy moderada del precio medio. Hay que precisar que las prácticas en materia de segmentación
tarifaria y la progresiva implantación del NDC, tienden a reducir la
transparencia y capacidad de comparativa por parte de las empresas, y por
consiguiente recomiendan reforzar las medidas de control y monitorización del
gasto. En la misma línea debe considerarse la creciente consolidación de la
industria, en tanto que factor que en el medio plazo puede interferir en la dinámica
de mercado.
A diferencia de las estimaciones para el billetaje aéreo,
los indicadores en materia de precio del alojamiento anticipan incrementos
mayores, asociados a las políticas de yield management, al aumento de la
demanda y a las limitaciones de disponibilidad, que tenderán a afectar a las
tarifas preferenciales negociadas en aquellos mercados y plazas con mayor
demanda, en particular en el ámbito europeo. Dependiendo de cada caso, las
compañías deberán evaluar y revisar periódicamente la combinación de tarifas
negociadas y dinámicas a aplicar en cada supuesto, con el objeto de maximizar
la inversión.
Pese a los movimientos de concentración que se han
registrado en la industria hotelera urbana, los efectos para los viajes de
negocio de las empresas españolas se prevén insignificantes. Sin perjuicio de
lo anterior, la industria hotelera presenta indicios de cambios operativos, que
pueden tener efectos en el coste final para las corporaciones. Este es el caso de la
modificación de los plazos de cancelación anunciada por Hilton y Marriott, que
podría verse ampliada a otras grandes marcas, o a la revisión de la política de
determinados servicios gratuitos.
A las consideraciones económicas
que acompañan a los viajes de negocio hay que añadir además el factor
seguridad. La seguridad va a continuar siendo una de las constantes de los
viajes de negocio en 2018, que va a
exigir que las empresas revisen a fondo las políticas de viajes
en materia de seguridad y asistencia
, y actualicen la información sobre visados y normativa vigente en materia de inmigración, por efecto de un contexto político más restrictivo y
proteccionista.
En conjunto, y con las precauciones indicadas, el 2018
presenta un escenario favorable para el crecimiento económico, propicio al
viaje de empresa, pero a la vez complejo y cambiante, que aconseja un elevado
nivel de coordinación y comunicación entre las empresas y las Travel Management
Companies, con el objetivo de aprovechar las oportunidades de negocio,
incrementar la eficiencia en la inversión de los recursos, y garantizar la
máxima seguridad de los viajeros.
Marcel Forns (c) GEBTA 2018