De acuerdo con el primer Estudio de Movilidad en carretera por Viajes de Negocio en España, elaborado por GEBTA, el perfil tipo de los desplazamientos en carretera por reuniones y visitas de trabajo corresponde a un viajero que utiliza el vehículo a diario (53% de la muestra), para efectuar una media de más de 2.350 km mensuales de trayecto, mayoritariamente interurbano y principalmente en autopistas o autovías, y que no lleva acompañante.
Al margen de la elevada intensidad que suponen estos desplazamientos, el estudio pone de manifiesto que el principal medio de transporte utilizado es el vehículo propio (28% del total) , la denominada flota gris, y que entre los hábitos de los conductores, está el efectuar
o atender llamadas telefónicas, ya sea de forma intensiva (17%), frecuente
(38%) o esporádica, con el objeto de acometer de modo más eficiente sus
responsabilidades profesionales. El vehículo y el período de desplazamiento se
convierten así en una extensión del espacio y tiempo de trabajo.
Los resultados de la muestra, en los que ha colaborado Volkswagen y Europcar, eran hasta cierto punto previsibles y vienen a corroborar la necesidad de someter las políticas de movilidad de las empresas españolas a una profunda revisión por distintos motivos. La principal de las razones para ello está en las propias características de la flota utilizada: en una
parte significativa de los casos, los vehículos no presentan las condiciones
recomendables en términos de seguridad, en particular en función de la
intensidad y el uso que le dan los viajeros de negocio. Esta situación se da de
modo más acusado entre los road warriors que
utilizan sus propios vehículos particulares, una flota cuya media de antigüedad según fuentes oficiales se sitúa en los 12 años, que no se somete a revisión en un tercio de los casos, o que no cuenta con
dispositivo de manos libres (20%), carece de ABS (18%), no dispone de GPS (42%) y circula sin sistema de alerta de embotellamiento y/o accidentes (80%).
La seguridad, es además la principal preocupación
de los conductores. En consonancia con el
uso intensivo del vehículo en desplazamientos de negocio, el riesgo de sufrir
accidentes se sitúa en primera posición (24%), por delante
de los efectos colaterales inmediatos relacionados con las largas horas de
conducción, esto es, el impacto en términos de acumulación de trabajo y la
imposibilidad de atender adecuadamente, o en condiciones similares a las que
tendrían en sus oficinas o despachos, las obligaciones profesionales.
El automóvil es el principal medio de
transporte de los viajeros de negocio, a la vez que un instrumento fundamental
para las empresas, que debe pasar de ser considerado una mera commodity a una
herramienta eficiente y segura de trabajo para las compañías. La política de
movilidad asociada a los desplazamientos por carretera de las empresas
españolas exige pues una visión integral y una profunda revisión, que debe abordarse
desde la triple perspectiva de la seguridad, la eficiencia-productividad, así
como de coste para la empresa.
En materia de seguridad, a la luz de los
datos que arroja el estudio la principal recomendación que conviene destacar, para reducir la probabilidad de
siniestros en ruta, no es otra que la retirada de la circulación de aquellos
vehículos cuyas prestaciones y características presentan mayor riesgo de
siniestralidad y la revisión regular de las flotas.
Esta lectura es a todas luces urgente y necesaria desde la perspectiva del deber de seguridad y prevención de las empresas y de sus obligaciones legales.
Marcel Forns (c) GEBTA 2018