El efecto paralizante de la crisis del COVID - 19, que ha llevado a gran parte de las empresas a un estado de práctica hibernación, junto con la falta de un escenario temporal claro para la vuelta a la actividad, tienen como efecto inmediato el incremento de la incertidumbre. El contexto mediático suele ser siniestro y no hay demasiadas noticias positivas, por decirlo de algún modo.
En El ángulo muerto traté de argumentar con algunos datos sectoriales, la importancia de evitar limitarnos a la visión subjetiva del escenario, dado que a menudo impide que veamos el todo; no solamente lo que va a suceder en el largo plazo en nuestro propio sector, sino lo que acontece en otros ámbitos de actividad.
En esta misma línea y como complemento del último post, he recogido algunos datos basados en encuestas realizadas estas últimas semanas, algunos de cuyos resultados conviene retener.
Los barómetros empresariales suelen aportarnos información muy útil, en relación a lo que están haciendo, y sobre todo, lo que piensan hacer las organizaciones, de cara al futuro. Así por ejemplo, sabemos que aunque las empresas españolas han reducido significativamente sus expectativas de facturación, contratación e inversión para el 2020, respecto de la quincena anterior (en el caso de la facturación la diferencia es de más de 41 puntos porcentuales) en un 50% prevén mantener su presencia en
otros países, y un 13% de los casos, aumentarla.
Con todas las salvedades y obstáculos que se entrevén, la dimensión y actividad internacional de las organizaciones parece uno de los ámbitos que podríamos considerar indiscutibles, en términos de las intenciones, y más importante todavía, de la estrategia empresarial, a diferencia de otros tantos, que se verán sometidos a revisiones más profundas.
- El elevado nivel de confianza -con tendencia al alza- en la recuperación del número de viajes en el medio plazo (90%)
- El elevado grado de confianza -con tendencia al alza- en el mantenimiento de las actuales estructuras de personal y competencias del travel management (80% y 77% respectivamente)
Conocer estos datos no cambia nada de la situación actual, pero debiera darnos algo más de confianza. Por todo ello es muy importante que las empresas del sector de los viajes hagan bien lo que toca hacer en esta fase, que básicamente consiste en adecuar las estructuras para poder aguantar el tiempo que queda hasta que se retome la actividad, y prepararse. Aguantar y prepararse no es mucho, es cierto, es un escenario exasperante e indeseable para cualquier empresa directivo y por supuesto trabajador, pero es todo lo que se puede hacer, por ahora.
Como estamos comprobando, hay muy pocas certezas en la vida y menos verdades absolutas, pero de momento todo parece indicar que el viaje de negocios va a seguir siendo necesario, que hará valer su capacidad de recuperación tan pronto como sea posible, y que precisará de empresas y profesionales capaces de gestionar escenarios más complejos todavía.
Marcel Forns (c) GEBTA 2020
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