La seguridad y las políticas de prevención deben tener un papel destacado en las políticas de viaje de las empresas. Aunque pueda parecer una afirmación del todo innecesaria, en un escenario de desaceleración económica y con potenciales nuevos focos de conflicto, la observación está más que justificada.
En lo que al primer punto respecta, los travel managers y gestores de viajes de las empresas conocen bien que, en contextos de menor crecimiento económico, los presupuestos de las partidas de viajes suelen resentirse y tienden a reforzar los ya habituales criterios de ahorro. Nada que decir, salvo cuando la rigidez y austeridad de las políticas de viajes pone en riesgo el cumplimiento de los objetivos de desarrollo y crecimiento de las propias empresas, o la seguridad de sus empleados.
De hecho, en previsión de que el escenario económico fuera menos expansivo que en años anteriores, desde GEBTA hemos aprovechado para recuperar algunas de las reglas básicas a aplicar para la contención de los presupuestos y partidas de viajes, que es conveniente recordar, con el objetivo de lastrar lo mínimo la capacidad de las corporaciones para continuar desarrollando relaciones y negocio.
Por otro lado, el segundo aspecto a tener en cuenta, el de la seguridad y la prevención, vuelve a cobrar en la actualidad un mayor protagonismo. No porque lo hubiera perdido, sino simplemente porque el contexto global ha vuelto a poner encima del tablero de juego nuevos factores de riesgo, con el que las empresas deberán contar.
A la expansión de conflictos locales que hemos visto nacer en el último tercio del 2019, de mayor o menor virulencia, se le podría unir ahora una escalada de episodios derivados de la tensión generada por las acciones llevadas a cabo por los EEUU en Oriente Medio.
En realidad, las empresas llevan años acostumbradas a moverse en escenarios de inestabilidad e incertidumbre. Lo que ha cambiado respecto de los últimos ejercicios, es que el desarrollo de políticas de seguridad y prevención en viajes se había ido produciendo en un contexto de crecimiento, y es precisamente la entrada en un ciclo de desaceleración lo que puede poner en riesgo el adecuado cumplimiento de las mismas, cuando el nivel de madurez de la seguridad y prevención en viajes en España, es todavía insuficiente.
Mucha responsabilidad para los travel managers y para los gestores de viajes, que probablemente tendrán que redoblar esfuerzos para defender sus políticas en un entorno de mayor austeridad. Ante ello, siguen siendo válidas las recomendaciones que realizábamos en el marco del primer estudio sobre la Seguridad y la Prevención en Viajes de Empresa en España:
La primera, es que la responsabilidad en la empresa debe ser compartida, y en la medida de lo posible hay que buscar la complicidad de otros departamentos como RRHH y Prevención, porque es la forma más sencilla de blindar nuestros objetivos.
La segunda es que conviene buscar apoyo en agencias y partners externos especializados, porque hay que cerrar bien el círculo del viaje, de inicio a fin, en todas sus distintas facetas.
Marcel Forns (c) GEBTA 2020
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