
Es evidente que a nadie en su sano juicio se le
ocurriría tal despropósito. Y sin embargo, en la, práctica no resulta
infrecuente que las compañías manden a sus empleados, a una “fracción” de
éstos, a reuniones, congresos o conferencias.
Es lo que ocurre, sin ir más lejos, cuando
aplicamos la política de ahorrarnos la noche de hotel, para tomar el primer vuelo de la mañana, sin considerar la naturaleza de la reunión o las circunstancias
particulares...