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lunes, 3 de noviembre de 2014

¿Turbulencias? Keep calm

Parece toda una evidencia que las buenas perspectivas de crecimiento económico llevan camino de no cumplirse, como mínimo no en los términos que indicaban las previsiones hasta la fecha. Las repetidas revisiones a la baja de buena parte de las fuentes de referencia, entre las cuales el propio FMI, ponen de manifiesto que la salud de la economía es todavía frágil y que la evolución del mercado presenta síntomas de lo que se ha venido a llamar “the permanent slump”, o una ligera propensión a la depresión que requeriría de la creación burbujas, para romper la tendencia.

Este contexto presenta diferencias regionales, y si bien es cierto que en  el caso de España el escenario competitivo se prevé favorable, también resulta cierto que en un entorno altamente globalizado y en una economía crecientemente internacionalizada, los efectos de un menor nivel de crecimiento de las economías mundiales se dejarán sentir.

¿Cómo afecta esta situación al business travel? En nuestra opinión la dinámica del viaje de empresa en España sigue siendo positiva y la proyección exterior de las empresas españolas (tanto en compañías maduras como en el caso de los nuevos exportadores) parece imparable. Sin embargo, es inevitable pensar que ante un menor crecimiento de nuestros partners comerciales, la actividad exterior de las compañías españolas pueda tender a retraerse. Llegados a este punto, convendrá recordar que hasta la fecha los resultados de la política de viajes en España (sensible en cuanto a nivel de gasto, pero expansiva en términos de la presencia en los mercados internacionales), ha obtenido considerables frutos. No sería conveniente echar ahora el freno de mano ante la perspectiva del enfriamiento de la economía mundial, porque la inercia internacionalizadora juega con ventaja en el caso de España y puede –como ya hemos advertido en otras ocasiones- contribuir de modo notable, a llenar los huecos que sin duda dejarán algunos de nuestros competidores.

Ciertamente exportar puede convertirse en más complejo si la economía de nuestros principales socios comerciales pasa por momentos delicados, pero las empresas españolas no tienen más opción que continuar su proceso de expansión internacional, para seguir creciendo. Hay que saber mantener la calma y aprovechar la madurez y solvencia exportadora adquiridas en estos últimos años, para continuar abriendo mercados. 

En este contexto, la aportación de las TMCs volverá a ser determinante si queremos asegurar que nuestras empresas viajen más y más lejos, conteniendo la partida de gastos y salvaguardando la seguridad y productividad de los viajeros.

(c) Marcel Forns. GEBTA 2014