
La proyección que refleja el estudio, y que está basada en datos econométricos, pone pues de manifiesto la solidez del business travel y las reuniones presenciales, que no sólo han sido capaces de registrar crecimiento en los últimos 8 años, sino que van a continuar creciendo otros tantos, a una tasa acumulada del 22% hasta 2025.
Pese a lo positivo del dato, en cualquier análisis riguroso siempre es conveniente evitar quedarse únicamente con las grandes cifras, para considerar también otros aspectos, como los posibles impactos o cambios de escenario que se producirán en el período objeto de estudio. Desde el punto de vista la empresa española, el documento viene a sugerir la conveniencia de incrementar los niveles de adopción digital, como estrategia para continuar maximizando el retorno de las inversiones en viajes de negocio. La vía hacia un mayor uso de la tecnología es un factor imprescindible para incrementar la productividad y optimizar las actividades exportadoras, un elemento absolutamente necesario en un entorno cada vez más fragmentado, complejo e incierto como el actual, en el que las empresas precisarán cada vez más de la tecnología, tanto para acceder a la totalidad de los inventarios de datos de los proveedores de viajes, como para garantizar la máxima seguridad de los viajeros, como ya hemos manifestado en repetidas ocasiones.
La segunda derivada de esta afirmación implica que la aceleración de los ritmos de integración y digitalización de los procesos asociados al viaje, conllevará una mayor concentración en el segmento de los grandes jugadores, una entrada de nuevos actores y una expulsión de muchas agencias que no sean capaces de adaptarse a la velocidad de los cambios que se producirán, y que no dispongan de la tecnología y el expertise requeridos para competir en un contexto mucho más complejo que el actual.
De hecho, el estudio viene a indicar muy claramente que los incrementos en el nivel de gasto/inversión en viajes no se darán tanto en el puro business travel, sino en el segmento del MICE, cuyo peso en el conjunto de la cesta de gasto puede llegar a suponer hasta un 30% en 2025. Éste es sin duda un dato altamente revelador, que vendría a confirmar la enorme transformación que se producirá en el segmento de las TMCs, en los términos apuntados arriba.
Los 15.600 millones de euros del 2025 son un dato excelente, pero no constituyen ninguna garantía per se, si las empresas no son capaces de adaptar sus negocios a los cambios que exige el nuevo escenario.
Marcel Forns (c) GEBTA 2019
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